6/05/2006

Alan Garcia eletto presidente del Perù


Alan Garcia ha sido elegido ayer por segunda vez presidente del Peru. El ex presidente ha logrado una amplia victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, aventajando por un amplio margen al candidato Ollanta Humala. Humala, quien se habia identificado con una politica pro Chavez, a pesar de haber obtenido una importante cantidad de votos en las zonas mas pobres del pais, reconocio su derrota. Garcia, apoyado por la derecha peruana y presentandose como una opcion moderada, ha logrado su segunda oportunidad de gobernar a un pais que despide a su actual presidente, Toledo, con escaso 7 % de apoyo popular.

Juan Manuel Otero


Perù, la vittoria di Alan García.

Internazionale P R I M A P A G I N A

Il leader dell'Alleanza popolare rivoluzionaria americana(Apra), Alan García Pérez, si è aggiudicato il secondo turno delle elezioni presidenziali in Perù. Ha ottenuto il 54,69 per cento delle preferenze contro il 45,30 per cento del suo avversario, il candidato nazionalista Ollanta Humala. È la seconda volta che Alan García viene eletto presidente del Perù.



Alan García gana las elecciones presidenciales de Perú, según los primeros datos oficiales

El Pais (Espana)

El socialdemócrata agradece el apoyo de sus compatriotas y promete no fallarles en esta segunda oportunidad de gobernar. -Humala acepta la derrota y saluda al nuevo presidente

Los primeros resultados oficiales, con el escrutinio del 77,33% de los votos, otorgan la victoria en las elecciones presidenciales de Perú al socialdemócrata Alan García, con un 55,46% de los sufragios, por el 44,54% de su rival, el nacionalista Ollanta Humala, según ha anunciado la jefa de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Magdalena Chu. Estos datos confirman lo anunciado por los sondeos a pie de urna y los escrutinios rápidos, que ya daban como vencedor al ex presidente García.
Tanto los sondeos a pie de urna, difundidos por tres empresas privadas, al cierre de los centros de votación, como los escrutinios rápidos realizados por la empresa Apoyo y la organización civil Transparencia daban la victoria Alan García, con algo más del 52% de los votos. Su rival, el nacionalista Ollanta Humala obtendría el 47% del apoyo popular, de acuerdo a los mismos estudios no oficiales.
Pese a la victoria, García ha logrado el triunfo en sólo nueve de los 24 departamentos del país, los más poblados, y entre ellos Lima, que aglutina a una tercera parte del electorado, con un 62% de los votos. Estudios elaborados por las empresas Apoyo y Datum Internacional ya apuntaban a la problable victoria del socialdmócrata en la capital. De los 16,4 millones de peruanos convocados a las urnas, 5,6 millones se encuentran en Lima, que en la primera vuelta respaldó mayoritariamente a la conservadora Lourdes Flores.
El ex comandante Humala ha ganado en 15 departamentos del sur andino y la selva, las zonas más deprimidas y pobres de Perú, aunque también las menos pobladas.
Segunda oportunidad
Alan García ha pedido perdón a los peruanos y ha prometido que en "esta segunda oportunidad" no fallará ni defraudará aunque tenga que morir en el empeño. El candidato socialdemócrata ha afirmado que los peruanos han rechazado "de manera contundente" el intento de "penetración y dominación" que, en su opinión, ha pretendido el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, al defender a su rival. Chávez "ha sido el único derrotado", ha añadido García.
"Saludo a la sólida Lima, que nos va a acompañar de ahora en adelante", ha dicho posteriormente, en alusión al gran apoyo que sus habitantes le han dado en las urnas, tras reconocer que la capital le fue antes "esquiva".
Gran mayoría social
Humala ha reconocido la victoria de su rival en los comicios y ha dicho que su proyecto político "sigue adelante". "Reconocemos los resultados emitidos por la Oficina Nacional de Procesos Electorales y saludamos a las fuerzas que han competido con nosotros, representadas en el señor Alan García", ha explicado el ex comandante.
El candidato de Unión por Perú ha añadido que los nacionalistas deben sentirse ganadores porque "se ha logrado una gran mayoría social y hoy nos renovamos en nuestro compromiso de trabajo y servicio al país, de defender la nación y los recursos naturales".
Anteriormente, desde el balcón de la sede de su partido, Unión por el Perú (UPP), y acompañado de su esposa, Nadine Heredia, Humala había asegurado que su candidatura había sido la más votada en la mayoría de los departamentos del país y había agradecido "al pueblo peruano por la histórica victoria social y política en este proceso electoral", añadiendo que "la esperanza se ha impuesto al miedo".
Jornada sin incidentes
Los centros electorales cerraron en Perú a las 16.00, hora local, de este domingo (23.00 hora peninsular) tras ocho horas de votaciones. El proceso electoral se ha desarrollado "con toda normalidad, más allá de las pequeñas cuestiones que tienen que ver con alguna violación de la Ley Electoral o alguna mesa que ha tardado en constituirse", según Rafael Bielsa, el jefe interino de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos.
Alrededor de 16,4 millones de peruanos estaban convocados a las urnas para designar. Humala, del partido Unión por el Perú, encabezó la votación del pasado 9 de abril con el 30,6% del sufragio, seguido por el ex presidente, del Partido Aprista Peruano, con el 24,3%. García volvía a disputar una segunda vuelta, después de los comicios de 2001, que perdió ante el actual mandatario, Alejandro Toledo.
La tranquilidad ha sido la nota dominante en esta segunda vuelta entre Alan García y Ollanta Humala. El ex comandante Humala votaba a las 09.00 hora local (16.00 hora peninsular) en la Universidad Ricardo Palma de Lima, rodeado por fuertes medidas de seguridad. El socialdemócrata Alan García lo hacía a las 10.30 hora local (17.30 hora peninsular) en un colegio del distrito limeño de Miraflores arropado por los aplausos de sus seguidores.

Alan García y su increíble retorno

Pagina 12 (Argentina)

http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-67885-2006-06-05.html


Después de confirmarse la tendencia que lo hacía ganador, Alan García prometió al pueblo peruano no repetir los “errores” de su primer gobierno y convocó a las distintas fuerzas políticas. Aunque ganó con los votos de la derecha, aseguró que su gobierno será de “centroizquierda”.

Por Carlos Noriega, Desde Lima


Alan García, líder del socialdemócrata partido aprista, volvió ayer al poder en el Perú y celebró a lo grande, con fuegos artificiales y un discurso de victoria vibrante, ante miles de sus partidarios que llegaron hasta el viejo local del APRA, en el centro de la capital peruana. Eran poco más de las ocho de la noche (diez hora argentina) cuando García apareció en el estrado frente a sus enfervorizados seguidores para celebrar su victoria, que a esa hora todavía no era oficial pero ya era irreversible. Aunque García había asegurado que esperaría las cifras oficiales de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) para recién entonces pronunciarse sobre los resultados de las elecciones, decidió salir a celebrar su victoria cuando la ONPE, que en este proceso se ha caracterizado por su exasperante lentitud, todavía no había dado sus cifras.
A las cuatro de la tarde, cuando se cerraron las mesas electorales, los sondeos a boca de urna de tres encuestadoras habían adelantado la victoria del líder aprista por una diferencia que fluctuaba entre los seis y los diez puntos. Ese resultado desató las celebraciones de los simpatizantes apristas, aunque sus dirigentes prefirieron mantener la prudencia hasta que se conocieran resultados más confiables. Esos resultados llegaron poco después de las siete de la noche con el conteo rápido de Transparencia, una respetada organización internacional no gubernamental de observación electoral, que le dio a García 52,4 por ciento contra 47,6 por ciento de Ollanta Humala. En ese momento la victoria de García pareció irreversible y éste decidió salir a celebrar.
A las 21.30 la ONPE confirmaría su triunfo. Contados el 77,33 por ciento de los votos, García obtuvo el 55,46 por ciento y Humala el 44,54 por ciento. García recibió los primeros resultados electorales en su residencia, ubicada en uno de los barrios más exclusivos de la capital peruana, junto a su esposa, la argentina Pilar Nores, y sus cinco hijos. Ya con la victoria en el bolsillo, salió, a las seis de la tarde, para su local de campaña, a diez minutos de su casa, donde lo esperaba la plana mayor del partido aprista. Con ellos esperó la confirmación de su victoria.
Cuarenta minutos después Humala reconoció su derrota. “Como nos comprometimos democráticamente, aceptamos los resultados de la ONPE”, dijo el ex comandante desde su local de campaña, evitando la palabra “derrota”. Flanqueado por su esposa Nadine y sus principales colaboradores, prometió seguir adelante con su proyecto político, pero no pudo evitar que su cara denotara una mezcla de cansancio y tristeza.
Con este resultado, García, de 57 años, se convierte por segunda vez en presidente del Perú. Anteriormente lo fue entre 1985 y 1990 y su gobierno terminó en medio de acusaciones de corrupción y violaciones a los derechos humanos, y dejó al país hundido en la hiperinflación y el crecimiento del terrorismo. Pero a pesar de eso, este político, a quien sus más duros enemigos reconocen una gran sagacidad y una capacidad oratoria brillante, ha logrado volver al poder superando los recuerdos de su mal gobierno, cuyo balance es como para hacer desaparecer de la escena a cualquiera: inflación millonaria, precios que aumentaron 33 mil veces, asaltos armados a cárceles y una condena por corrupción evitada gracias un oportuno exilio en París, matanzas en comunidades campesinas.
Ante sus seguidores, García, que ganó con los votos de la derecha, aseguró que haría un gobierno de “izquierda democrática” que “atraiga inversiones,defienda los derechos laborales y regule las tarifas” y un Estado “austero y popular”. Prometió “un gobierno amplio y abierto a otras fuerzas políticas. Ante los resultados electorales, que en el empobrecido y marginado sur andino le dieron una amplia victoria a Ollanta Humala, García aseguró: “No habrá un abismo entre mi gobierno y ellos” y les ofreció un plan de desarrollo para el sur. En su discurso de cuarenta minutos, García prometió “no repetir los errores del pasado”. “En esta segunda oportunidad moriremos en el esfuerzo de no fallar y no defraudar”, dijo por su gestión de los años 80 y habló de la necesidad de hacer “un acto de contrición” sobre esos “errores del pasado”.
El presidente venezolano Hugo Chávez, que apoyó abiertamente la candidatura de Humala y con quien García se enfrascó en un duro intercambio de agravios, no podía estar ausente en el discurso de García. “El (Chávez) creyó que a fuerza de millones e insolencias se podían abrir las fronteras, pero hemos detenido todo intento de dominación y hemos rescatado nuestra independencia. Hemos derrotado al militarismo”, exclamó García antes de terminar un discurso que estuvo lleno de agradecimientos a Dios por su victoria.
Minutos antes de hablar ante sus seguidores, García se dirigió a la prensa en su local de campaña, ubicado en el residencial barrio de San Isidro, ante quienes adelantaría parte de lo que luego diría ante sus partidarios. Frente a los periodistas también agradeció a Dios “por una elección democrática y sin incidentes”. Durante las últimas semanas, los apristas, y la mayor parte de medios de comunicación, se habían encargado de divulgar la versión que Humala preparaba un levantamiento armado para desconocer los resultados electorales si le eran desfavorables, lo que finalmente no sucedió. Fue una declaración de poco más de diez minutos, luego de la cual no aceptó preguntas.
Por su parte, Humala no quiso admitir su derrota, pero a esa hora él ya estaba convencido que había perdido y habló buscando posicionarse como líder de la oposición. Humala llamó a los partidos de izquierda, a las organizaciones sociales y a los empresarios nacionales a formar “un gran frente para iniciar la tarea de transformación del país”. Los principales grupos de izquierda, sin embargo, no le dieron su apoyo en esta segunda vuelta debido a los cargos por violaciones a los derechos humanos que pesan en su contra, los antiguos vínculos de algunos de sus colaboradores con Vladimiro Montesinos, el encarcelado ex brazo derecho de Alberto Fujimori y por lo que consideran ambigüedades en su propuesta nacionalista. Humala se negó durante toda la campaña a definirse como de izquierda, pero ayer buscó colocarse como el líder de un frente de izquierda. “Hoy comienza la gran transformación”, dijo entusiasmado y calificó como una gran victoria” el hecho de haber logrado, según cifras extraoficiales, la mayoría de votos en 15 de los 24 departamentos del país y el haber recibido un apoyo que va del 60 por ciento al 80 por ciento en las zonas más pobres de los Andes. Humala ganó en más departamentos, pero perdió las elecciones porque García triunfó ampliamente en Lima, que concentra a un tercio del electorado, y en las principales ciudades de la costa, que son las más pobladas. Humala comenzó ayer a construir su futuro político. Su objetivo es lograr un alto número de gobiernos regionales en las elecciones de noviembre, lo que daría una importante fuerza política, además de la que ya tiene en el Congreso, donde tiene la mayor representación con 45 bancas de las 120 del Parlamento. Resta ver si luego de la derrota logra mantener la unidad de su novel agrupación.
García había empezado el día desayunando muy temprano frente a la prensa en su local de campaña con su esposa y sus cinco hijos. Ahí aseguró que el voto en su favor “no es un voto por el menos malo, sino un voto de afirmación por la democracia” y les pidió a los electores que voten “contra la amenaza del militarismo” en alusión a Humala, quien minutosdespués también desayunó ante la prensa con su esposa, su hija mayor, de cinco años, y sus principales colaboradores. También aprovechó para un último intento de ganar votos: “Que los peruanos vayan a votar reflexionando y sin miedos”, dijo, tratando despejar los temores sobre un riesgo